Como cada año por estas fechas, llega el cambio de horario de invierno, deprimente momento donde los haya, en el que las noches comienzan a hacerse interminablemente largas hasta la primavera. Digamos que es un regalo envenenado: una «hora extra» para dormir ese día, a cambio de un adelanto de la oscuridad que dura meses. A las 3:00 volverán a ser las 2:00 h.