lunes, 10 de mayo de 2010

CUANDO PERDEMOS A NUESTRAS MACOSTAS

Este post está dedicado especialmente a Emi que hace muy poquito ha perdido a su perrito Roni.

Yo, que ahora tengo cuatro mascotas en mi vida, no quiero pensar el día que me falten, de una manera más afectiva sólo pensar en que Lucas y Siria aún día se irán de mi vida, me estremece... Y pensar en V si les falta, además de Lucas y Siria, a Nano y Mau (sus/nuestros gatitos).... me estremezco mucho más. Espero que podamos entenderlo mejor releyendo este post.

El impacto emocional que tiene la muerte de una mascota en sus dueños /as puede ser tan significativo como el que causa la muerte de un familiar, concluyeron psicólogos de la Universidad de Nuevo México (Estados Unidos) que revisaron la bibliografía existente sobre cómo reaccionan las personas ante la pérdida de un animal querido.

En otro estudio, en el que se evaluó a personas que habían experimentado la muerte (natural o por eutanasia) de una mascota, investigadores del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai,  hallaron que en un 30% de los casos el dolor duró seis meses o más, y que en un 12% de los casos la pérdida fue vivida como un evento severamente traumático de la vida de las personas.

Los animales de compañía proveen apoyo, amor y lealtad, que van mucho más allá de cualquier medición empírica -escribieron los investigadores de la Universidad de Nuevo México, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista especializada Perspectives in Psychiatric Care. Debido a estas inmensas contribuciones, la muerte, pérdida o robo de un animal querido se convierte en el final de una relación especial, lo que puede dar lugar a uno de los momentos más difíciles de una persona.

Desafortunadamente, la pérdida de una mascota no es reconocida en forma cabal por los amigos, los conocidos y los compañeros de trabajo como una ocasión significativa o auténtica para realizar un duelo.

Cuando la persona que uno ama muere, es natural sentir tristeza, expesar dolor y esperar que los amigos y los familiares provean a uno comprensión y traten de reconfortarlo. Desafortundamente, lo mismo no siempre ocurre cuando muere un animal de compañía

Muchos consideran que ese dolor es inapropiado para alguien que ha perdido "sólo" una mascota.

A veces una mascota puede ser mucho más que una mascota, advierten los especialistas. Cada vez es mayor el número de familias que eligen no tener hijos o de personas que evitan relaciones de pareja, y que generan relaciones muy profundas con los animales que tienen a su cuidado.

Los animales proveen compañía, aceptación, apoyo emocional y amor incondicional durante el tiempo que comparte con nosotros. Si uno acepta ese vínculo entre humanos y animales, uno ya ha dado el primer paso para poder hacer frente a la pérdida de una mascota: saber que está bien sentir dolor cuando un animal muere, afirma la Sociedad Humana de los Estados Unidos.

Pero todo duelo es una experiencia individual, y las formas de afrontarlo no tienen fórmulas. Poder compartir el dolor con los seres queridos nos ayudará. Aunque hay momentos en que nada sirve, y sólo resta llorar y esperar a que el tiempo pase, no para olvidar, sino para acostumbrarse a que cuando uno llega a casa la mascota no esté.

Consejillos para tener en cuenta según a que edad se sufre una pérdida de nuestras mascotas:

* Niños/as:  Para ellos, la muerte de una mascota puede ser el primer contacto con la muerte. "Tratar de protegerlos diciéndoles que el perro se escapó sólo hace que el niño espere su regreso y se sienta luego traicionado al conocer la verdad -advierte la Sociedad Humana de los Estados Unidos-. Expresar el propio dolor puede ayudarlos a elaborar sus sentimientos."

* Adultos mayores. Enfrentar la muerte de una mascota puede ser particularmente difícil para una persona mayor que vive sola, según advierten los especialistas. En estos casos, la contención por parte de la familia y de los amigos es una herramienta clave para ayudarlos a sobrellevar la situación y evitar el aislamiento y la sensación de vacío que se asocian a la pérdida.

Otra opción es volver a tener una nueva mascota. Cada animal tiene su propia personalidad y un nuevo animal no reemplazará la pérdida -advierten especialistas-. Pero sólo nosotros/as sabremos cuando el momento  adecuado para adoptarla. 

Emi ya tiene la suya, así que bienvenido Lucas a casa de Emi. 

Aclaración: su nuevo Lucas no es mi Lucas. Emi te recuerdo que me debes fotos...
 

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nohomofobia
© Fini Calviño