Hace un año nos has dejado, pero en mi corazón sigues más viva que nunca.
Hoy el único homenaje que se me ocurre, desde la distancia, es encender una vela por ti y tu familia, ejemplo de superación y madurez.
¡Qué gran herencia has dejado, qué orgullosa te tienes que sentir de la gente que has dedicido en tu última carta que sea tu gente!
Gracias Susi, por tus dos últimos regalos: Un marca páginas de cuero, hecho por ti, en tus circunstancias... y con mi nombre grabado, uffff y por tu carta de despedida en la qué sé que en el momento que la escribías, me tuviste presente.