lunes, 3 de septiembre de 2007

LEYENDAS URBANAS DE MÓVILES

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Se conocen como leyendas urbanas y consisten en bulos que se extienden por el boca o boca, y pronto alcanzan tanto éxito popular que la gente los toma por verdades absolutas. Los cocodrilos que habitan las cloacas de Nueva York porque la gente los arroja por el retrete cuando sólo son mascotas o el perro salido de Ricky Martin (buscar en Google) son algunas de las más famosas. La telefonía móvil también tiene las suyas y el gran número de usuarios (hay más líneas de móviles que población) hacen que se propaguen rápidamente utilizando, curiosamente, los mensajes de texto (sms) o los correos electrónicos.

El caso más evidente de bulo telefónico le sucedió a Vodafone. Durante años una abonada suya, que se dedicaba a la videncia, mareó a la empresa con reclamaciones porque alegaba que las emisiones radioeléctricas de las antenas le impedían adivinar el futuro. Sin ir tan lejos, estas son algunas de las leyendas urbanas y mitos de la telefonía móvil aunque, ojo, a lo mejor no todas son falsedades…:-o

Llamadas perdidas. ¿Las operadoras cobran las llamadas perdidas? Este bulo lideró el ranking durante varias navidades gracias a e-mail en cadena que llegaron a miles de ordenadores. Ninguna operadora en el mundo cobra las perdidas, aunque cuando se realizan ocupan red como una llamada normal. Por eso, más de una compañía ha estudiado seriamente la posibilidad de cobrarlas. Técnicamente es posible aunque sería ilegal. El negocio sería redondo porque se realizan más llamadas perdidas que sms.

Robo de datos por sms. El hardware de los móviles es prácticamente invulnerable por lo que es imposible descargar datos (agenda, pin, etcétera) o causarle daños. Ahora bien, los sistemas operativos que utilizan los móviles, como los de los PC, sí son susceptibles de ser atacados por virus. Por ejemplo, Symbian, un sistema operativo especialmente diseñado para la telefonía móvil, puede ser atacado por un virus que se transmite vía bluetooth o por sms y que una vez que el usuario descarga el mensaje y lo ejecuta, el virus crea un mensaje multimedia (mms) que se transmite a todos los contactos del teléfono agotando el saldo.

Accidentes aéreos y en gasolineras. En ambos casos, las normas de seguridad han creado un alarmismo que no tiene nada que ver con el peligro real. Los móviles encendidos no han provocado ninguna catástrofe aérea que se sepa, aunque puede provocar pequeñas interferencias de radio, ya que periódicamente el teléfono emite una señala para conectarse con la estación base más cercana. Casi todos los aviones disponen ahora de sistemas de apantallamiento para el uso de aparatos electrónicos. En cuanto a las gasolineras, pese a la prohibición no hay ningún incidente documentado de que el móvil haya causado incendio o explosión. Hay mucho más peligro de que salte una chispa por llevar zapatos con suela metálica que por encender el móvil, y nadie ha prohibido el claqué en las estaciones de servicio. De hecho, se han hecho experimentos con miles de móviles llamando y recibiendo llamadas y no saltó ninguna chispa.

Cuestión de baterías. Las baterías de los móviles no explotan. Se han dado algunos casos, pero se trataba de baterías no originales, fabricadas en China o en Vietnam (tienen un precio de entre dos y cinco euros), y que además habían sido sometidas a condiciones extremas de temperatura. Ninguno de los fabricantes reconoce ningún caso de explosión en sus baterías homologadas pese a las advertencias que contienen al respecto todos los manuales de instrucciones. Pero tampoco esos fabricantes están a salvo de fallos. Nokia anunció hace poco que 46 millones de baterías BL-5C alojadas en sus teléfonos podrían ocasionar un cortocircuito o recalentarse, y ofreció reemplazarlas de forma gratuita. La compañía reconoció la existencia de unos cien incidentes por recalentamiento en todo el mundo,

Otro mito es el de que para alargar la vida de las baterías es preciso dejar que se descarguen completamente. Todo lo contrario, salvo que se tenga un móvil muy antiguo. Y es que las primeras baterías, (hechas con níquel-cadmio), tenían lo que se denomina el efecto memoria, es decir, acumulaban un residuo si no se efectuaba la carga desde cero que podía llegar a estropearlas. Con las baterías actuales de litio ocurre lo contrario: es preferible no dejarlas descargar hasta el final. En lo que no hay unanimidad es en su duración. Unas firmas dicen que soportan entre 150 y 500 (entre un año y dos años y medio) ciclos de carga y otras hablan de 1.000 ciclos (unos tres años y medio).

Arritmias, impotencias, cáncer. La Organización Mundial de la Salud ha certificado que la emisión de frecuencias de un terminal no tiene riesgo alguno para la salud, por lo que llevar el móvil en el bolsillo del pantalón o en el de la camisa no produce, respectivamente, ni impotencia ni arrítmias cardiacas (ni influye en los marcapasos).

En cuanto a las radiaciones que emiten las antenas, aunque mucho mayores tampoco se ha logrado nunca probar ningún caso de cáncer, ni existe ninguna sentencia judicial que relacione la presencia de una estación base con casos de cáncer.

SMS de bienvenida, llamadas ocultas y spam. Los sms de bienvenida que nos dan las operadoras cuando viajamos al extranjero son siempre gratuitos. Tampoco es cierto que nos puedan timar si respondemos a llamadas que ocultan el número o si leemos sms remitidos de forma masiva (spam). Otra cosa muy distinta es si luego llamamos a un número o remitimos un mensaje siguiendo las instrucciones de esos spam. Ahí si hay peligro de llevarnos un susto en la factura.

Electrodomésticos y tarjetas de crédito. El móvil no provoca averías en los electrodomésticos pero no es aconsejable escuchar la radio o ver la televisión con un terminal al lado. Los móviles tampoco inhabilitan las tarjetas de crédito, aunque puede darse algún caso aislado en el que la emisión electromagnética averíe las tarjetas de banda magnética (las más antiguas) aunque en ningún caso las de chip.

Ea, espero que este post te haya tranquilizado en algunos aspectos el uso de tu móvil o... no.... ;-)


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© Fini Calviño