Los padres de Enaitz Iriondo no podían creer lo que estaban leyendo en la denuncia, ni yo tampoco . El hombre que había matado a su hijo de 17 años en 2004 iba a llevarles a juicio para cobrar 14.000 euros por los daños sufridos en su Audi A8 al estrellarse en la carrocería el cuerpo del joven al que atropelló. Y unos 6.000 euros más por la sustitución de su vehículo, porque "lo ha necesitado para el ejercicio de su trabajo diario", aunque varias fuentes acreditan que dispone de más vehículos. Tras varias vistas suspendidas y casi dos años de espera, el juicio se celebrará el próximo miércoles 30 de enero, en la localidad riojana de Haro.
El demandante, Tomás Delgado Bartolomé, aseguró ayer en una conversación telefónica que no fue una decisión fácil. "Era la única manera de cobrar el dinero. Y me esperé hasta el último día de plazo para decidirme: "Yo también soy una víctima en todo esto, lo del chaval no se puede arreglar, pero lo mío, sí".
El juzgado de instrucción que llevó el caso desestimó la denuncia penal, al valorar que no hubo "infracción criminal" en el comportamiento del conductor. "Nos dieron tres días de plazo para recurrir", explicó la madre. "Nosotros estábamos destrozados. Y nuestro abogado nos aconsejó que nos olvidáramos de la vía penal y fuéramos por la civil". Recibieron una indemnización de 33.000 euros, pagados por la aseguradora del coche, Winterthur Seguros, que reconoció "la existencia de un exceso de velocidad en la conducción del Sr. Delgado que pudo contribuir al accidente", según reza un escrito que la empresa envió al tribunal.
Además de hacer frente a la demanda civil del hombre que atropelló a su hijo, los padres siguen luchando para reabrir la causa penal. "No queremos dinero, queremos justicia" aseguran.
Delgado considera que su demanda es legítima porque "alguien tiene que pagar". El conductor dice que tampoco necesita el dinero. "Soy empresario industrial", afirmó. "No es que los 20.000 euros me hagan falta, pero no tengo por qué renunciar a ellos", explicó antes de culpar a "las aseguradoras" de lo ocurrido. "Era la única manera de recuperar el dinero", argumentó también en su defensa el abogado Santiago Gimeno García. "Teníamos que demandar a los padres para demandar a la aseguradora". Gimeno no logra explicar con claridad por qué su cliente ha demandado a su aseguradora, Winterthur Seguros. "Entendemos que la compañía tenía que haber indemnizado a mi cliente", apuntó.
Mi más sincera solidaridad con estos padres, y aunque esta demanda me parece absurda, noticias como ésta hace que me dé cuenta de lo deshumanizada que está siendo esta sociedad por tener individuos como Tomás Delgado viviendo en ella.