Hacer cola en la caja del supermercado es una de esas cosas en la que se cumple claramente de la Ley de Murphy. Contra dicha ley es imposible luchar, pero siempre hay algún consejo con situaciones a evitar que ayudará a poder marcharte del supermercado en el menor tiempo posible.
1. Nunca vayas a una fila en la que haya una señora mayor de 70 años: Vale, sabemos que generalizar es malo, pero estamos hablando de prevenir. La señora puede ser rápida y pagar rápidamente, o a una velocidad normal. sus artículos. Pero también puede seguir el modelo, “cuentatú”.
La señora irá uno a uno subiendo sus artículos a la cinta/mostrador y asistirá impasible al aumento del precio a pagar. Cuando llegue la hora de pagar, abrirá su cartera, dejará caer todo su dinero encima de la cinta y le dirá al cajero/a lo de “cuenta tú hijo/a”. El empleado contará y le cobrará, pero ahí llega otro de los problemas, la señora revisará una y otra vez el ticket y seguramente tenga alguna queja de “me estás cobrando de más”, “me tienes que dar más vuelta”, “qué es esto de dos unidades de leche si yo solo compré dos cartones”. El trabajador terminará explicándole todo y después de 10 minutos, con suerte, será el turno del siguiente cliente. Nunca, pero nunca nunca, vayáis a una cola en la que haya una septuagenaria. Evitaréis que os suceda esta situación.
2. Madre con niño con artículo en la mano que aún hay que pagar. Claro está que esto depende del artículo, si es una botella de lejía o una bolsa de alcachofas, no pasa nada. Pero si es un botellín de un refresco, una chocolatina o cualquier cosa que el niño desee abrir antes de pagar y salir del supermercado, debes evitar esa cola a toda costa, porque se dará el modelo “esteniñoestonto”.
La situación será así, al niño se le habrá antojado un artículo, tendrá hambre o tendrá sed y la madre se lo comprará. En este ejemplo vamos a usar un botellín de agua. La madre subirá todos los artículos en el cajero, los irá metiendo en bolsas con ayuda del trabajador del supermercado y a la hora de pagar, se acordará de que no estuvo atenta durante 1 minuto a su hijo y que tampoco ha pagado el artículo que llevaba en la mano. Justo después de decir algo como “Uy espera que falta una cosa” y ver que su hijo porta en la mano una botellín de agua medio lleno, sin tapón y sin etiqueta, dirá lo de “pero qué has hecho”. Pues bien, toca esperar, ir a intentar identificar el botellín, buscar la etiqueta, el tapón, llamar a alguno de los reponedores para que busquen el precio del botellín y que al final, con suerte, pueda pagar el jodido artículo, para despedirse con un perdón y la frase que da nombre al modelo “Este niño es que es tonto”.
4. Nunca, pero nunca nunca, te cambies de cola: Puede ser que estés en una cola con ciento veinte mil personas delante, así que el supermercado decidirá abrir otra de las cajas. Pese a que digan lo de “pasen en este orden”, habrá siempre los listillos que se colarán. Bien, pues por ley general, esa cola de menos personas tardará cien veces más tiempo que en la que estabas. De hecho, si al entrar en un supermercado te fijas en la gente de la cola nueva, los verás con lágrimas en los ojos viendo como la gente que tenían detrás en su anterior cola, están pagando y marchándose del establecimiento.
Bien pues estos son algunos consejos de situaciones a evitar para así salir de un supermercado lo antes posible.