martes, 24 de febrero de 2009

SI ALGO PUEDE SALIR MAL, SALDRÁ

La llamada ley de Murphy se enuncia así: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”.

La frase surgió de un experimento fracasado de Edward A. Murphy, ingeniero de desarrollo en un proyecto de las Fuerzas Aéreas USA en 1949. Al probar un equipo de su invención, dotado de dieciséis sensores destinados a medir y registrar la aceleración que podía soportar un cuerpo humano, el experimento fracasó por un fallo del equipo. Al revisar el material se descubrió que los instaladores habían montado mal una pieza clave. Fue entonces cuando pronunció la famosa frase.

La cosa no habría pasado de un desahogo de mal humor, pero Geroge E. Nichols, gerente del proyecto, captó las hondas implicaciones de estas palabras y, no sin ciento humor, les adjudicó el rango de ley.

A partir de su primera formulación se han ido añadiendo postulados, corolarios y teoremas bajo el influjo de la ley. Algunos de los más conocidos son:

Cuando cae una tostada siempre lo hace del lado de la mantequilla.

Si cambias de fila, la que acabas de dejar avanzará más deprisa.

Si pulsas dos teclas al mismo tiempo en el ordenador, te saldrá la tecla no deseada-

El intento de atrapar un objeto que está cayendo causará más estropicio que dejarlo caer.

Cualquier solución entraña nuevos problemas.

Los sucesos fortuitos tienden a suceder todos a la vez.

No hay tarea tan simple que no pueda hacerse mal.

Todo lleva más tiempo del que se piensa.


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nohomofobia
© Fini Calviño