viernes, 20 de junio de 2008

EN UN QUIRÓFANO VA A SER QUE NO

Imagina que eres el paciente y que has entrado al quirófano… y en medio de los sopores de la anestesia… escuchas alguna de estas frases… ¡qué horror!


Mejor guarda eso, lo vamos a necesitar para la autopsia.


¡Persigan a ese perro y traigan lo que se llevó!


Oigan, si esto es el hígado… ¿eso qué es?


Acepta este sacrificio… ¡Oh, Señor de la Oscuridad!


¿Plof? ¿Qué fue lo que cayó al suelo?


Enfermera… páseme esa… eh.. ¿cómo se llama ese aparato?


¡Ay, se me fue la mano!… ¿saben si alguien sobrevivió a 500 ml de esto antes?


¡Uf, de nuevo un apagón!


Pero si pagan muy bien por un riñón… total… ¿éste para qué quiere dos?


¡Todo el mundo quieto! ¡Perdí mis lentes de contacto!


Te apuesto veinte pavos a que esto es el hígado… no, el páncreas.


¿Quieres dejar la consola de una vez y ayudarme?


Oye, ¿quién puso esto aquí?


¡Uf, detesto cuando se me cae algo aquí adentro!


Cómo, ¿este paciente no era el del cambio de sexo?


¿Pueden hacer que esa cosa deje de latir?, ¡me hace perder la concentración!


No te preocupes, creo que sí esta bien afilado.


Sujeta ahí. Sujeta ahí. ¡Sujeta ahí! ¡Sujeta ahí!… Nada, es igual, déjalo.


Enfermera, este paciente firmó la tarjeta de donación de órganos, ¿no?


¡Fuego! ¡Fuego! ¡Todo el mundo afuera!


¡Ay, la pagina 47 del manual no está!




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nohomofobia
© Fini Calviño