Era una calle tan ancha, tan ancha, tan ancha, que en lugar de pasos de cebra tenía pasos de elefante.
Era una casa tan rica, tan rica, tan rica, que hasta la cubertería de plata era de oro.
Era un coche tan grande, tan grande, tan grande, que en lugar de radio tenía diámetro.
Era un hombre tan friolero, tan friolero, tan friolero, que en vez de frío tenía heladas.
Era un hombre tan avaro, tan avaro, tan avaro, que hizo testamento a su favor.
Era una mujer tan alta, tan alta, tan alta, que en lugar de añon cumplía metros.
Era una pastelería tan sucia, tan sucia, tan sucia, que hasta el cabello de ángel tenía caspa.
Era un torero tan malo, tan malo, tan malo, que en lugar de faenas hacía gamberradas.
Era un niño tan huérfano, tan huérfano, tan huérfano, que le parió su tía.
Era una mujer tan gorda, tan gorda, tan gorda, que había que mirarla a plazos.
Era un homnre tan avaro, tan avaro, tan avaro, que no prestaba ni la menor atención.
Era un bebé tan feo, tan feo, tan feo, que aprendió a caminar a los tres meses porque nadie lo cogía en brazos.
Era una familia tan numerosa, tan numerosa, tan numerosa, que la cigüeña vivía con ellos.