Hace un par de años, una amiga me regaló un cd cuyo título es el mismo de este post. Me estoy dando cuenta de la magia de la música... Hay días, momentos, que necesitas sólo escucharla, sentirla, y hay otros días, otros momentos, que la misma música, las mismas canciones, necesitas cantarlas como si te fuera la vida en ella, como suelo decir, dándolo todo...
Si es que a veces, escuchando algunas canciones, curas viejas heridas y a veces, cantándolas, sirve de escudo para intentar que nadie nos hiera.