¡Tanto prohibir, tanto prohibir!, ¡tanto recorte de derechos!, yo propongo que si quieren prohibir, que sea levantarse sin ilusiones, vestirse por las mañanas sin ninguna esperanza, salir a la calle sin ánimos y caminar juntas y juntos, sin amor, sin amistad, sin solidaridad, sin humanidad. Si prohibiesen esto, el mundo sería más respirable.