Despolitizar las cajas de ahorro es nombrar a Rodrigo Rato presidente de Bankia.
Despolitizar a los embajadores es mandar a ¿Federico Trillo? a la embajada de Washington.
Despolitizar la justicia es que en ella manden los jueces conservadores (o los más conservadores aún).
Despolitizar la educación obliga a eliminar, con falsas excusas, el “adoctrinamiento” de Ciudadanía, mientras se mantiene en las aulas la asignatura de religión.
Despolitizar el aborto es volver a viajar a Londres y regresar a la hipocresía, a que la mujer tenga que mentir a un psicólogo para poder decidir.
Despolitizar la cultura es aumentar las subvenciones a los toros mientras no hay pasta para la universidad. Despolitizar el futuro pasa por recortar las ayudas a la ciencia y al I+D.
Despolitizar el pasado es dejar quietas las fosas comunes y enterrar al juez que investigó aquel terror. Despolitizar el callejero es poner calles a Fraga y quitárselas a Pilar Bardem.
Despolitizar el paro es precarizar al trabajador, aunque cueste “una huelga general”.
Despolitizar el medio ambiente es frenar las renovables y tapiar la poca costa que aún queda por enladrillar.