Sólo cuando esté bien contigo misma podré estar bien con los demás. Sólo cuando aprenda a manejar mi soledad podré manejar una relación.
Necesitaré valorarme para valorar, quererme para querer, respetarme para respetar y aceptarme para aceptar.
Sé que nadie puede dar lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación me dará la paz, si yo misma no creo en mi interior.
Ninguna relación me brindará la felicidad si yo misma no la construyo.
Sólo podré ser feliz contigo, cuando sea consciente que soy feliz incluso cuando no estás a mi lado.
Sólo podré amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que os digo que os quiero con locura.
Dos personas que se unen por el deseo de hacerse feliz la una a la otra, fracasarán con el tiempo… Dos personas que se unen con el fin de compartir su felicidad propia, lograrán una felicidad duradera, y sin ser su fin, harán feliz a la otra.
Para amar necesitaré una humilde autosuficiencia, necesitaré autoestima y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otra persona me haga feliz y llene todas mis expectativas es una fantasía narcisista que sólo me trae frustraciones.
Por eso, me amaré, maduré, y el día que puedas decirte:
“Sin tí también estoy bien”
.....ese día estaré más preparada que nunca para darte lo que te mereces.
No he venido a este mundo a cumplir tus expectativas. No has venido a este mundo a cumplir mis expectativas. Yo hago lo que hago. Tu haces lo que haces. Yo soy yo, un ser completo aún con mis carencias. Tú eres tú, un ser completo aún con tus carencias.
Si nos encontramos y nos aceptamos, si nos aceptamos y nos respetamos, si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias y de celebrar juntas nuestros misterios, podremos caminar la una junto a la otra; Si eso es posible puede ser maravilloso, si no, no tiene remedio.