Hace tiempo que no te hablo, ya no te cuento mis penas, ni mi alegrías. No vayas a pensar que es por algo en concreto, es por la poca ilusión que corre en mis venas. El llanto me embarga... deseo y tantas otras cosas y no sé qué me pasa, el silencio de la desesperación hace que esté tan callada contigo. Me acuerdo de cuando tú, mi cabeza y yo nos llevábamos bien... Pero no sé en que momento de mi vida dejé de entenderte... por eso dejé de hablarte.
Sé que sientes mi depresión, que me crees que estoy enfadada contigo, que no me importas como antes, pero es que te necesito para estar bien... No quiero separarme más de tí. No es lo mismo.
A mi corazón le sucede lo contrario, si se carga con penas se desintegra, pero está lleno de amor, está tranquilo y por desgracia, lo único que le enturbia es tu comportamiento, cabeza mía.
Y ahora me encuentro así, tenemos que reconciliarnos, ponte bien cabecita mía, volveré hablarte, volveré a pensar más en tí, a cuidarte, quiero, necesito que todo sea como antes. Ayúdame!