Si soy tu bebé, tócame.
¡Necesito tanto que me toques!...
No te limites a lavarme, cambiarme y alimentarme.
Acúname cerca de tu cuerpo
besa mi carita,a caricia mi cuerpo,
tu caricia relajante y suave me expresa seguridad y amor.
Si soy tu adolescente, tócame .
No creas que porque sea casi adulta,
no necesito saber que aún me cuidas.
Necesito tus abrazos cariñosos y tu voz llena de ternura.
Cuando el camino se vuelve duro
la niña que hay en mí te necesita.
Si soy tu compañera, tócame.
Podrías creer que basta la pasión.
Pero tus abrazos rechazan mis temores.
Necesito tu toque de ternura que me dé confianza
y me recuerda que soy amada porque soy como soy.
Si soy tu padre o madre ya mayor, tócame.
como me acariciaban en mi niñez.
Coge mi mano, siéntate cerca de mí, dame tu fuerza.
y calienta mi cuerpo cansado con tu proximidad.
Mi piel está arrugada, pero llena de corazón, de alegría
cuando es acariciada.
No tengas temor, sólo tócame.
Del libro : "El poder del tacto". Phyllis K. Davis