Ayer apareció el cádaver de la joven Fernanda Fabiola, que había desaparecido hace una semana en Tenerife. ¡Qué amargo final! Desgraciadamente este no es un caso aislado, no logro entender cómo alguién puede tener la sangre fría de cometer estos actos tan crueles, olvidando que son sólo niños y niñas indefensos, inocentes y con toda una vida por delante. Ella ha tenido un desenlace terrible, otros todavía están desaparecidos (en España hay 200 menores desaparecidos oficialmente) y a los familiares de éstos solo les queda esperar a recibir noticias supongo que rozando la desesperación pero nunca perdiendo la esperanza.
Descanse en paz...