martes, 26 de junio de 2007

DOS MINUTOS DE SARCASMO...

Él: No sé porque usas sostén; no tienes nada que poner en él.


Ella: Tú usas calzoncillos, ¿no?.






Él: Me amas solo porque mi padre me dejó una fortuna.


Ella: No, querido. Yo te amaría sin importar quien te la dejó






Ella: ¿Cómo es que vienes a casa medio borracho?.


Él: No es mi culpa; se me acabó el dinero.






Él: Cinco centímetros más y sería un rey.


Ella: Cinco centímetros menos y serías una reina.






Escrito en la pared del baño de damas:


Mi esposo me sigue a todas partes.


Debajo:


No es cierto, no lo hago.






Él: Salgamos a divertirnos esta noche.


Ella: Buena idea. El que llegue primero deja la luz de la entrada encendida






Él: ¿Ensayamos una posición diferente esta noche?.


Ella: Buena idea; tu te paras al lado de la mesa de planchar y


yo me siento en el sofá a ver televisión.






Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina sin decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener, y sin ninguna perspectiva de reconciliación. Mientras pasaban por una hacienda donde había varias mulas y cochinos.


El esposo sarcásticamente preguntó:


- ¿Familiares tuyos?.


- Sí... mis suegros.






Un matrimonio estaba conversando:


- Amor mío, ¿crees en el amor a primera vista?.


- Lógico. Si te hubiera mirado dos veces no me habría casado...






-¿Sabes querida? Cuando hablas me recuerdas al mar.


- ¡Qué bonito! No sabía que te impresionara tanto...


- No me impresionas... ¡me mareas!.






El marido le pregunta a su mujer:


- Querida, ¿cuando me muera vas a llorar mucho?.


- Claro. Ya sabes que lloro por cualquier tontería.






Era verano y hacía mucho calor. El marido sale del baño y le dice a su mujer:


- Hace mucho calor y tengo que cortar el césped. ¿Qué crees tú que dirán los vecinos si salgo en pelotas?.


La mujer lo mira y responde:


- Que probablemente me casé contigo por dinero...






Dos caballeros que se movían muy deprisa en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan.


Uno le dice al otro:


- Perdóneme usted; es que busco a mi señora.


- Que coincidencia, yo también. Ya estoy desesperado.


- Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?.


- Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un culo precioso, en fin muy bonita... ¿y la suya?.


- Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya







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nohomofobia
© Fini Calviño