sábado, 8 de marzo de 2008

EL PLACER DE VOTAR

Depositar el voto en una urna supone establecer una opinión reflexiva sobre un asunto que previamente ha sido preguntado. El voto significa compromiso con la opción elegida y a la vez otorga el derecho a exigir; es la configuración jurídica que propugnan las leyes. Desde el momento de la elección al personaje que corresponda adquiere vigencia el contrato social entre elector y elegido, dotado de derechos y deberes conforme a los mandatos constitucionales. Nosotros elegimos con rango de ley y ellos gobernarán con nuestro consentimiento con la sola intención de procurarnos un sistema que consiga favorecer la convivencia, evitar los conflictos y alcanzarnos el más alto nivel de bienestar.


De ahí que la elección del candidato produzca una especial dosis de placer, irrenunciable y seductora, abierta y libre. Dejar un voto es también generar una emoción; la emoción del deber cumplido, la emoción de sugerir libremente mi apetencia, la emoción al comprobar que mi voto es protagonista positivo para la evolución de mi sociedad.


Desde este rincón de radio le propongo esta emoción porque es un valor de la democracia que nos hace infinitamente más libres y más activos para seguir diseñando el futuro a nuestra manera. Vote el domingo con toda su emoción, con todas sus fuerzas.


Ramón Llanes. 7-3-08.

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© Fini Calviño